JUZGADOS DE PAZ

17.11.2016 21:08

LA CENICIENTA DEL PODER JUDICIAL

Los Juzgados de Paz: Justicia super rápida y económica

INTRODUCCIÓN

Siempre he escuchado la frase: “Justicia que no es rápida no es justicia” y siendo que en el Poder Judicial los procesos son siempre largos,  no podía concretarse dicha frase –rapidez- como categoría o especialidad del Poder Judicial. Con la implementación de los juicios por flagrancia, con procedimientos inmediatos, esto pareciera retocarse; queda sin embargo el problema de si el factor “tiempo” –rápido o largo proceso y sentencia- es realmente equivalente a justicia. La respuesta es obvia. Hay sin embargo un olvido –casi imperdonable-, y es que existen en el Poder Judicial instancias llamadas “Juzgados de Paz”, que sirven para conseguir justicia o resolución de controversias, conflicto de intereses, necesidad de justicia,  en tiempo y costos rapidísimos y económicos respectivamente. Dichas instancias tienen una historia de “Cenicienta Judicial, pues siendo encargados a jueces elegidos por votación popular o un trámite de selección, no necesitándose para acceder a Juez de Paz de títulos de abogado, u otro título profesional, ni teniendo una remuneración asignada por el Estado, etc., de alguna forma han sido olvidados y hasta discriminados –a pesar de los largos y constantes esfuerzos de las más altas autoridades judiciales y de la cooperación internacional- y nunca, o muy restringidamente, se toman como “factores” para lograr la lucha contra la delincuencia a través de la administración de justicia, o la “descarga procesal” o como eficaz filtro para evitar la constante judicialización y en consecuencia costoso ingreso en un proceso judicial ordinario (juzgados penales, civiles, laborales, salas superiores, supremas, etc.). Sin embargo creo que en los Juzgados de Paz está parte de la solución de los problemas judiciales, solución que no se ve, por la “vaca sagrada” adherida o malformada en todo proceso educativo actual. El conocimiento, los estudios oficiales, certificados, universitarios, son los únicos, o al menos los socialmente reconocidos con valor real, para afrontar el asunto de la solución de problemas judiciales, de conflictos de intereses. La cultura oficial ha creado un contrasentido, creer que sólo quienes tienen estudios superiores, universitarios tienen el “conocimiento” y “capacidad” para “ejercer” correctamente y hasta de forma superior el tratamiento de los problemas sociales. La Justicia de Paz muestra cómo el “sentido común” (proceso de integración cultural y conocimiento de la realidad espacial temporal de una sociedad determinada) es superior incluso a un conocimiento oficial universitario o profesional. La Justicia de Paz que resuelve los problemas sociales de forma sencilla, y con costos rayando la gratuidad o super económicos, demuestra cómo una persona con “instinto” y “competencia social”, puede resolver conflictos de intereses sin necesidad de tener el “conocimiento selectivo” de las entidades universitarias (...)

Mi experiencia con los Juzgados de Paz me lleva a escribir el presente texto, pues habiendo sido Coordinador de Justicia de Paz en Tacna, Huaura y Lima Sur, he tenido acceso a todo el proceso de la Justicia de Paz, desde la selección, elección de Jueces de Paz, hasta proyectos sobre los mismos. Recuerdo incluso aquellos viajes de capacitación en Lima a los cuales éramos invitados, y de los cuáles me escapaba si el expositor no era bueno en su exposición, pues nunca estuve dispuesto a “torturarme con una mala disertación”, y sin insultar a nadie me deslizaba hacia el exterior, a buscar proyectos en las librerías o en algún lugar donde realmente pudiera aprender y aprovechar fructíferamente el viaje de capacitación; y luego siempre presentaba ideas y proyectos, como el Primer Voto Electrónico para Jueces de Paz llevado a cabo en Tacna, o “El Control del voto en elecciones de jueces de paz a través de filmadoras conectadas directamente al internet, para lograr transparencia en tiempo real en dichos procesos, o las Cruzadas contra la delincuencia en donde los jueces de paz llevaban capacitaciones a sus jurisdicciones, o hacía una página web sobre los Juzgados de Paz de Tacna, que aún no habían sido implementados en ningún lugar de nuestro país, el Proyecto para crear una Cooperativa para Jueces de Paz, "Proyecto de donación de terrenos para Juzgados de Paz", Procesos de elección de Jueces de Paz, la creación del Registro Fílmico de Jueces de Paz, etc., etc.. Sin embargo cabe decir que aquella idea de no “torturarme” escuchando a malos expositores, y de marcharme lo más discretamente –para no ofender a nadie- pareciera haberme granjeado algunos mal entendidos respecto a mi. No es que menospreciara al expositor, sino que no quería que aquel notase mi desagrado, mi desconcierto, mi desazón por no escuchar una buena conferencia, no quería causar al expositor la desdicha de mi cara triste, apagada, desazonada y hasta aburrida, así que me marchaba a buscar proyectos y evitar al expositor mis malas energías (...), era en fin, muy en el fondo, un acto de cordialidad con dichos personajes (...)