El Llamado de la Tribu - Guido Fernández de Córdova

21.10.2016 21:08

EL LLAMADO DE LA TRIBU

Guido Fernández de Córdova y Amézaga

 

 

[Un homenaje al poeta. El llamado de la tribu, de autoría de don Guido Fernández de Córdova y Amézaga, autor que no está terrenalmente pero que dejó mucho legado a su paso. Caminaba ya despacio, y sin embargo no perdía la agilidad mental, la admiración por las artes, la literatura, la pintura. Su nombre sonaba en la ciudad de Tacna –que el autonombraría de Ancat- como el mecenas que había apoyado económicamente para la creación de la Universidad Nacional. Sus antepenúltimos días ocupaba un sillón en la oficina del Vice Rectorado Académico, acogido por un noble personaje, el profesor Luis Cohaíla. Don Guido Fernández de Córdova y Amézaga realizaba los Martes Culturales en la Universidad, en la que exponían diferentes autores, y regalaba, de su basta biblioteca, libros de su propiedad. Parecía que regalar era una de sus costumbres, pues también regaló a una universidad privada del sur del Perú un grupo numeroso de pinturas que hoy están colgadas en el auditorio que merecidamente lleva su nombre. Escribía literatura, poemas eróticos, ensayos, dibujaba, pintaba, y siempre estaba esperando el llamado de la tribu.]

 

                       

 

De entrada declaro enfáticamente que no estoy de acuerdo con la perversidad de la secta de los talibán y sus métodos de ablación del clítoris de las mujeres y del uso de la indignante burqa, cuestiones precisas contra las que he protestado oportunamente en crónicas especiales publicadas en este mismo medio. Rechazo, de igual modo y firmeza, el uso del terrorismo en cualquiera de sus formas y particularmente la adoptada, en setiembre último, contra las torres gemelas estadounidenses. Pero tampoco puedo callar el horror de los desmedidos y brutales, inhumanos, bombardeos practicados día y noche contra la población inocente civil, hambrienta de Afganistán. El bombardeo a Afganistán, desbastador e inhumano, imprudente y provocador, efectuado por el país más poderoso de la tierra, contrario a los más elementales derechos humanos, denota carencia de hidalguía, carencia de piedad, carencia absoluta de prudencia y recto corazón. Bombardeo que borra de la faz de las sumergidas ciudades abatidas, vencidas, hambrientas, colegios, hospitales, viviendas y descalabra, hiere y mata a niños, ancianos, mujeres; que borra de la memoria colectiva el rastro del más leve e inocente insecto; que borra y aniquila la exangüe forma, rutilantes ángulos, esbeltas aristas de las piedra más altas y remotas; que borra el cierzo, la nube, la lluvia, el poema; y cubre de lodo y negrura infame el carácter supuestamente civilizado de la especie humana.

 

            <El llamado de la tribu>, la frase es de Popper, como bien sugiere Vargas Llosa, surge: «...de las raíces más profundas de lo humano, de esas catatumbas del ser donde anida una vocación de irracionalidad destructiva que la civilización sólo consigue atenuar, pero nunca erradicar del todo...» Doris Lessing, brillante novelista británica, manifestó en reciente entrevista, con ocasión de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, en Oviedo: «...sé que hay grandes naciones musulmanas que han criticado los bombardeos contra Afganistán, pero que no quieren a los talibanes. Me pregunto si no sería posible deshacerse de ellos sin tener que bombardear a uno de los países más pobres del mundo, un país que ha sufrido muchas y horrorosas guerras...» Por su parte el filósofo George Steiner acotó: «...la atrocidad de Nueva York es tan especial porque los medios de comunicación nos la mostraron como nunca se habían mostrado hasta ahora este tipo de desastres. Casi no conocemos nada sobre lo que ocurre en Afganistán y los medios de comunicación están creando sus propias realidades, y estas realidades puede que no siempre estén conectadas con los hechos reales. Nunca ha habido un momento en la humanidad con más información y menos conocimiento...»

 

Ancat, octubre 2001.